La propuesta de Patrick Dillon sigue la orografía del cerro serpenteando, siempre en la misma cotas, en busca de las mejores vistas hacía la cordillera. Contiunando así el trabajo de una serie de casas inmensas en la jungla panameña como la Casa en SaLo.
Esta morfología genera una planta en S, que es atravesada por la entrada principal y divide los espacios comunes de los espacios privados. Destaca también su amplio techo de una sola agua que parece flotar sobre una envolvente de cristal que se alterna con un entramado de madera que permite la entrada de luz.
Descripción del proyecto por Patrick Dillon
"Estoy interesado en la idea de una" arquitectura esencial "en los trópicos",
dice el arquitecto de la ciudad de Panamá, Patrick Dillon, nacido de padres estadounidenses y criado en la Zona del Canal.
"Y siempre he intentado difuminar la distinción entre dentro y fuera - aquí, con el clima, podemos hacer esto con sólo un techo, siempre y cuando podamos hacer frente a los mosquitos."
Su enfoque cobra vida con esta elegante casa de vacaciones en una zona remota del centro de Panamá, donde poco separa a los ocupantes de la sinfonía del bosque circundante.
La casa de El Copé es propiedad de Andrew Bovarnick, un británico que es economista líder en recursos naturales del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y su esposa panameña, Priscilla Castro, una abogada. Se convirtieron en amigos pasando tiempo juntos los fin de semana en la Casa en SaLo de Dillon.
Serpenteando a lo largo de la ladera, la forma divide el uso en dos partes: Al este se encuentran los espacios comunes que buscan con su aperturas ventilaciones cruzadas, la envolvente esta cubierta con mosquiteros; Detrás las cubiertas sobresalen hacía valle. Al oeste hay dormitorios y baños, que tienen aperturas acristaladas y aire acondicionado. El pórtico de entrada, que separa las alas, conduce a una piscina y luego a un camino hasta el río.
La estructura de la casa consiste en cimentaciones y vigas sísmicas de hormigón armado y una estructura portante de columnas y vigas de acero, la cual soporta un techo liviano de una sola agua.
La fachada de persianas de madera fijas es la que ordena el patio de entrada a la casa, mientras que las fachadas norte, este y sur son grandes paños de vidrio o de mallas de mosquito abiertos a las vistas, el sol y los vientos que atraviesan la casa constantemente.
En su sencillez, la casa conserva muchos de los elementos que primero entusiasmaron a los clientes y al arquitecto cuando acamparon aquí.
"Se trata de la experiencia sensorial", dice Dillon, "donde te dejas ir y entras en ese ritmo natural a medida que la luz cambia y la brisa entra, te hace consciente de estar vivo. Esa es la prueba del buen diseño: uno se olvida de la arquitectura y disfruta del momento ".