Y aunque hoy la realidad tampoco se aleja de la tradición y las prioridades propias de un contexto laboral fuertemente capitalista, sí se han incorporado nuevas variables al sistema que consideran la experiencia completa del empleado, en pos de la creación de espacios de calidad, confortables, iluminados y ventilados, donde también, en muchos casos, es la propia área de trabajo la que se ve reducida frente a otras de ocio y descanso para el personal.
En la actualidad, cuando aún nos encontramos en la lucha por atravesar la pandemia del COVID-19, que nos atormenta desde fines de 2019, ya podemos comenzar a ver algunas consecuencias de esta crisis, que ha llevado a repensar muchos de los espacios de la vida diaria. Las oficinas, o los espacios de trabajo, fueron justamente uno de los aspectos más abordados desde el momento en que nos vimos forzados a conjugar nuestra vida personal con la profesional en los espacios de nuestras viviendas.
Los diez ejemplos aquí recogidos, abordan de diferentes maneras las problemáticas que transversalizan al diseño y la proyectación de los espacios de trabajo, proponiendo soluciones coherentes e innovadoras que resignifican al concepto de oficina.
Este compacto espacio proyectado en Bilbao por BABELstudio logra concentrar en tan solo 39 m2 un ambiente de trabajo que se percibe a simple vista de mayores dimensiones gracias los materiales y las terminaciones elegidas por los autores, pero más aun por el gran núcleo central que contiene las funciones de servicio, pero que simultáneamente crea un área de trabajo en doble altura, que balconea hacia la sala principal.
A su vez, el mobiliario desmontable diseñado para la oficina permite una considerable flexibilidad de usos y de capacidad de ocupación, aumentando o disminuyendo las áreas operativas según sea requerido.
Este espacio polivalente localizado en Madrid y diseñado por ENORME Studio, toma otro camino en relación al concepto de flexibilidad, que como podemos ya comenzar a vislumbrar, es uno de los leitmotivs que liderará los cambios en los nuevos diseños de oficinas.
Por un lado, el proyecto se propone eliminar, casi por completo, las oficinas cerradas, tradicionalmente asociadas a la idea de concentración, reemplazándolas por un amplio y único espacio abierto, conformado por un círculo perimetral de escritorios con vistas al exterior, y un circulo concéntrico de menor tamaño, delimitado por un cerramiento textil capaz de desplegarse o retraerse según se requiera, y creando así diferentes espacialidades y compartimentaciones parciales (la translucidez del material impide que el espacio se termine de percibir como cerrado) que habilitan diversos usos: oficina, showroom de proyectos, lugar de intercambio y eventos, entre tantos otros.
Por último, también creemos importante mencionar que aun las áreas más “rígidas de la propuesta”, como lo pueden ser la sala de conferencias o la de reuniones, están definidas por puertas pivotantes y carpinterías plegables que permiten, ocasionalmente, la transformación de la oficina en un espacio completamente unificado y abierto.
La obra del estudio MVRDV, con sede central en Róterdam, siempre ha estado caracterizada por su excentricidad e innovación, tanto en aspectos formales y tecnológicos, como en términos funcionales y de composición espacial.
Por eso no es de extrañar que, para el diseño de su propia oficina, estas características se hicieran presentes en una obra cargada de colores intensos y espacios multifuncionales por doquier.
Efectivamente, aquí se deja de lado la tradicional imagen de la oficina cubierta con blancos de yeso inmaculados, optando por una paleta de vibrantes colores que identifican y diferencian los espacios del programa. Ya no es más el diseño pormenorizado de los detalles funcionales lo que determina el uso de los espacios, sino que MVRDV opta por la indeterminación y la flexibilidad (sí, nuevamente este concepto) como los elementos que definen a este sistema abierto de oficinas.
Finalmente, otros dos aspectos que merecen ser mencionados son, por un lado, el gran corredor central que divide las oficinas cerradas del espacio abierto de trabajo, y que cuenta también con la posibilidad de convertirse en un amplio comedor para el personal del estudio, funcionando como espacio de trabajo o de ocio según sea necesario; y la “sala” de briefings, diseñada nada más ni nada menos que en las amplias gradas que se encuentran en dicho corredor, y que fluctúan de un espacio de descanso, a un espacio de debate donde idear el concepto del próximo encargo.
Espacios de trabajo cerrados, semicubiertos, permeables y abiertos. Toda esta variedad y más, de la mano del estudio de arquitectura español SelgasCano, con un complejo de co-working para la compañía Hollywood Second Home.
A partir de la recuperación del edificio de la Casa Comunitaria Anne Banning (Paul Williams) y un antiguo estacionamiento adyacente en la ciudad de Los Ángeles, este campus de casi 3.750 m2 combina una gran diversidad de estrategias proyectuales que intentan redefinir los aspectos más domésticos de los espacios de trabajo.
El estudio presenta, por un lado, un recinto cerrado, contenedor de las oficinas “tradicionales”, al cual nada más ingresar, podemos asimilar con una sala de exposición de artes plásticas, rematada por un cielorraso que nos recuerda a una instalación de Makoto Tanjiri. Sus divisiones interiores (si se pueden llamar así) intentan replicar las formas diseñadas para el exterior, creando diversos espacios independientes delimitados por cortinas de hilos de colores que les permiten mutar, ampliarse o reducirse, asociarse a otros espacios o confinarse.
Por otro lado, y quizás uno de los aspectos que mejor definen a la obra, sesenta cápsulas ovoides con cerramientos acrílicos y cubiertas de un amarillo vibrante que se entrelazan sinuosamente con el exuberante jardín exterior que los rodea, e incluso se filtra hacia el interior al antiguo edificio, y que brinda esa agradable sensación de estar trabajando inserto (al menos perceptivamente) en un entorno natural.
Nuevamente presentamos un proyecto realizado para Second Home, pero esta vez traído por el estudio español Cano Lasso Architects.
En esta ocasión, vuelven a estar presentes los colores intensos que definen las funciones del programa, la naturaleza y la flexibilidad de los espacios mediante cerramientos móviles. Sumado a esto, y con la intención de dotar de continuidad visual a las áreas de trabajo más definidas, los arquitectos sustraen superficies circulares de los cerramientos permitiendo así una interacción más directa entre los empleados y una mayor relación con todo el entorno de trabajo.
Por otra parte, uno de los aspectos que más se ha destacado de esta obra atiende a una problemática muy común en el ámbito laboral y que refiere al cuidado de niños en los horarios en que sus padres están trabajando. Bajo la etiqueta de un "espacio de trabajo creativo para la familia", se incorporaron a la obra una guardería y una sala de juegos que, en palabras de los directivos de la empresa, intenta mostrar cómo el edificio, por medio de su arquitectura, puede apoyar las responsabilidades de quienes allí trabajan.
Por último, los espacios mencionados en el apartado previo se suman a otras áreas de ocio y descanso de la oficina, que empiezan ahora a competir, en términos de superficie, con las áreas planificadas para trabajar (o al menos aquellas pensadas para trabajar “tradicionalmente”).
Bajo la premisa de que una única cubierta sea el contenedor de una gran variedad de actividades interiores, los japoneses de Studio Velocity llevan a otro nivel el concepto de espacio de trabajo abierto.
El proyecto de 2018 ubicado en Okazaki, Japón, logra en una sola planta, crear diferentes variantes de un mismo espacio a partir de variaciones de altura, cerramientos y encuentros.
Esta obra, de límites exteriores casi imperceptibles, crea una interesante continuidad entre el afuera, el área propiamente de trabajo y los patios internos del edificio, con columnas de madera de mínima sección, que liberan el espacio interior por completo, rematadas por la cubierta curvada, que hace también de una expansión de las oficinas y actúa como un área de descanso al aire libre.
Las nuevas oficinas propias proyectadas en Lisboa por BUREAU, el estudio fundado por Daniel Zamarbide, parten de la premisa de encontrar una nueva y mejor forma de trabajo para los empleados de la oficina.
Los arquitectos conciben a este nuevo espacio como “un generoso campamento base de descanso en el corazón de nuestra bella Lisboa”, dejando ver su posicionamiento frente a los nuevos modos de trabajar, que se refleja claramente en la propuesta espacial.
Casi como si se tratase de un homenaje renovado y de menor escala a las oficinas Johnson Wax de Frank Lloyd Wright, el espacio central se distribuye alrededor de columnas de grandes capiteles que destacan por su color rosa que contrasta con los limpios acabados blancos de los cerramientos.
Inaugurado en 2020 durante la pandemia, el edificio tiene su foco en la movilidad (interna) como alternativa y respuesta al confinamiento y la inmovilidad forzada que hasta hoy nos aquejan, repensando la tipología a partir de nuevos encuentros entre lo colectivo y lo individual, dando lugar a que cualquiera sea, todos los espacios habiliten el descanso, el trabajo y las reuniones informales.
El estudio con base en Reino Unido, Koto Design, ha diseñado una cabina destinada a home office, como parte de su amplio repertorio en módulos y cabinas prefabricadas.
Esta propuesta no solo tiene en cuenta las variables espaciales para crear un ambiente de trabajo confortable, sino que, al ser comercializado como un sistema modular, permite a quienes precisen de un área de trabajo simple y funcional adjunta en su vivienda (como ha quedado en evidencia durante el confinamiento), una opción de calidad arquitectónica con la flexibilidad necesaria para poder ser refuncionalizada a futuro.
Este espacio de trabajo de sobrio diseño aborda una problemática que se intensificó exponencialmente durante la pandemia, que es la difícil tarea de balancear de manera saludable la vida cotidiana y el trabajo en casa, más aún en aquellos casos (probablemente la mayoría de ellos) en los que no se dispone de un lugar en la vivienda donde poder cumplir con las obligaciones laborales cómodamente.
A diferencia de otras propuestas aquí presentadas, la intención de los autores no es abrirse de manera directa al entorno circundante, sino más bien lo contrario, disponiendo una única ventana en el volumen, priorizando las ideas de contemplación y reflexión individual como ejes de la propuesta.
Esta intervención de José Costa en Valencia consiste en una ampliación del co-working Wayco Ruzafa, también de su creación, en lo que originalmente fuera el cine Goya.
En este caso, es posible reconocer cómo el autor intenta encontrar un equilibrio entre lo realizado por KOTO Design, por ejemplo, y los espacios plenamente abiertos de otras propuestas. Esto surge a raíz de las cualidades de los espacios pre-existentes que, con la intervención, se definen aún más expuestos y francos, y a los que optan por balancear con diversas áreas de mayor privacidad, argumentando que “tan deseable puede ser trabajar en espacios abiertos como necesario replegarse y encontrar diversos grados de privacidad a lo largo del día”.
Por otra parte, al igual que sucedía con las oficinas de MVRDV, los espacios son dotados de diferentes coloraciones que acompañan sus requerimientos programáticos, sumados a amplias escaleras que intercalan su huella común con una de doble altura, para generar gradas que actúen como puntos de encuentro, descanso y reuniones informales.
Con perspectivas que parecen sacadas directamente de una escena de Play Time, la nueva sede de Scott Sports de los suizos IttenBrechbühl, contiene casi 26.000 m2 de oficinas y anexos articulados por un gran espacio central en forma de atrio que la atraviesa en toda su sección.
Apoyada en la innovación y la sostenibilidad brindada por las tecnologías de vanguardia implementadas, este edificio es capaz de alojar 600 puestos de trabajo, distribuidos en espacios flexibles y modulares, que se intercalan con amplias áreas de planta abierta ideadas como espacios de diálogo, descanso y reflexión.
El atrio central, opera también como un gran patio central, donde detenerse a almorzar, organizar eventos y exposiciones, o simplemente mudar las oficinas, mientras todos los otros espacios del edificio balconean visualmente hacia él, intentando brindar una sensación de amplitud y continuidad entre los espacios de trabajo.